La amistad, una de las relaciones humanas más frecuente, un acto que se construye paso a paso entre dos o más personas creando lazos afectivos de hermandad que transcienden mas a ya de una relación de hermanos biológicos. A los hermanos, no se le puede elegir, simplemente los aceptamos tal y como son, sin derecho a divorciarnos de ellos, y sin más opciones que amarlos incondicionalmente.
La amistad es una obra gratificante de Dios, quien nos da la oportunidad de elegir a los hermanos que siempre se han deseado, aquellos en los cuales se puede encontrar entendimiento mutuo, respeto, comprensión, empatía, lealtad; lo cual conduce a un equilibrio entre las partes. Esto claro está sin dejar de lado que pueden presentarse ocasiones en que Dios nos premie con un excelente hermano y amigo a la vez.
La amistad es bastante parecida al amor; hay quienes no encuentran diferencias entre estos dos sentimientos, en alguna ocasión escuché a alguien definir el amor como una bonita amista y la amistad como un bonito amor, bien, esto estaría indicando que estos dos términos son similares; quien tiene un amor tiene una amistad y quien tiene una amistad goza de las bondades del amor; pero, ¿formarán estos dos tenores del sentimiento un mismo concepto como afirman muchos? O será que ¿cada uno por separado es un complemento fundamental del otro?
Al respecto conviene decir que estos son interrogantes que no precisan respuesta alguna. Po lo cual, cada uno de acuerdo a su entender saca sus propias conjeturas. Para quienes sostienen que amor y amistad son sinónimos, no me gustaría contradecirlos pero si quisiera que analizaran que se puede vivir la vida entera sin amor, y me refiero específicamente al amor de pareja, pero ¿será posible vivir sin amigos? No lo creo, me atrevo a decir que las relaciones de amistad son mas fuertes a un que las relaciones amorosas; cierto señor de avanzada edad, llevaba ya cinco matrimonios en el transcurrir de su vida, pero en ese mismo transcurrir contaba con las mismas amistades y a su vez se le sumaban muchas más, pero el hecho es que la amistad, ese sentimiento de lealtad sigue intacto atreves del tiempo no se ha deteriorado. Si bien no se busca perfección en la amistad, porque entre humanos nada es perfecto; la amistad si está condicionada a unos patrones tales como la lealtad, la incondicionalidad porque los amigos verdaderos son aquellos que están contigo no selo en los buenos momentos sino también en los momentos difíciles, puede ser aquel que te hace reír cuando estas triste, pero también el que te hace llorar cuando ve que te estás desviando del camino, es el que está a tu lado consolándote cuando un supuesto amor ha estropeado tu corazón, y de la misma manera debes responder tu, porque los amigos se cuidan y protegen mutuamente; quien no llene estos requisito esta disfrazando lo que es la amistad y no merece ser llamado amigo…
Retrocediendo en el tiempo, me detengo en una de las pocas historias que recuerde que me haya contado mi padre; es la historia de de un par de “amigos” cazadores; los cuales siempre salían de cacería justos, y uno siempre le decía al otro: compañero usted es mi amigo, mi hermano, yo estaría dispuesto a dar mi vida por usted, yo soy incondicional no hay nada en el mundo que haga que yo me aleje de usted, jamás lo abandonaré… los “amigos” salieron una tarde de cacería y se introdujeron en la espesa selva donde se les hizo de noche y ya no pudieron regresar al pueblo, los dos cazadores decidieron pasar la noche en una cueva que encontraron, y aquel compañero de cacería una vez más con palabras de gran lealtad le decía que durmiera confiado, que estaba con un verdadero amigo y que si se aparecía cualquier vestía con su gran rifle lo defendería; llega un momento en que los cazadores son vencidos por el sueño y a media noche uno de ellos despierta y se da cuenta que una gran serpiente ha comenzado a comérselo, ya se ha tragado una de sus piernas, desesperado comienza a tocar a su compañero y le dice, compañero cierto que usted es mi amigo, y el otro le decía eso no lo dude mi hermano acá estoy a tu lado, este sigue interrogándole: tu necesidad es mi necesidad, ¿cierto compadre? el hombre al cual la serpiente seguía tragándoselo le recalcaba al otro las mismas palabras que minutos antes este había dicho, ¿es verdad que usted está dispuesto a dar la vida por mi? Por supuesto que sí, bien pues, llego la hora que me lo demuestre, ¡hay una enorme serpiente que ya se ha tragado una de mis piernas!; el compañero al escuchar estas palabras se levanta de prisa, enciende su linterna, y al observar la enorme serpiente sale a toda prisa de la cueva dejando abandonado a su compañero indefenso y en peligro. El hombre que está siendo tragado por la serpiente, se acordó que en uno de los bolsillos de su pantalón llevaba una navaja, así que como pudo la saco y rajo la boca de la enorme serpiente y de esa manera pudo salvar su vida, aunque perdió una de sus piernas; y al supuesto amigo jamás lo volvió a ver… moraleja del cuento: no todo aquel que dice ser amigo realmente lo es…
No se trata, con esto pues, de limitar las relaciones personales, sino más bien de diferenciar la relación de amistad de cualquier otra clase de relación, y de esta manera no sentirse herido por una supuesta traición de alguien que equívocamente creyó su amigo…
En nuestra vida social nos vamos a encontrar con diversos tipos de relaciones…encontraremos las relaciones laborales en las cuales si queremos salir bien librados de situaciones problemitas no debemos salirnos de los limites; y sobre todo manejar bien la objetividad.
Relaciones de compañerismo en las cuales usted tiene la oportunidad de compartir diversos escenarios con sus compañeros, y sobre todo donde se aprende a trabajar en equipo, a formar grupos, a relacionarse con diversas personalidades etc.
En fin no quiero definir acá las diversas clases de relaciones habidas y por haber, solo quiero que se aprenda a diferenciar una relación de otra y a entender que en cualquier relación debe hacerse el bien sin mirar a quien y no por eso se está teniendo una relación de amigos, ya que sobre toda relación predominan nuestros sentimientos humanitarios que destacan la servicialidad para con el prójimo.
